Hoy quisiera centrar la atención en un complemento muy necesario para una novia de invierno: los guantes.
Muchas veces la novia aparece mucho más resplandeciente gracias a los complementos que acompañan a su vestido. No hay que despreciar el poder que tienen estos para mejorar la apariencia de la novia en su día especial, o por el contrario estropearla.
En invierno, los complementos se hacen mucho más imprescindibles, y aunque en las bodas se pasa más tiempo bajo techo que a la intemperie en esta época del año, si queremos hacernos un buen reportaje de boda no debemos subestimar la necesidad de que la novia esté cómoda y no pase frio. Si no corremos el riesgo de salir en las fotos con sonrisas forzadas mientras esperamos a que el fotógrafo se dé prisa.
Concretamente los guantes pueden ayudarnos a estar más cómodas y añadir un toque especial, según el estilo que elijamos.
Este es un ejemplo de guante de ópera. Quedan siempre bien con el escote palabra de honor. Si no es palabra de honor intentemos que no lleven mangas para lucir bien nuestros guantes. En este caso habrá que
ver si se nos marca mucho el guante de ópera en el antebrazo, porque si
es así mejor optar por unos más cortos.
Estos guantes al codo no se marcan y son más cómodos que los de ópera, pueden llevarse con una manga corta, pero no más larga.
Este es un ejemplo de guante a la muñeca. Es el guante más versátil y el que podemos llevar con cualquier largo de manga y escote.
A medida que tenga más mangas el vestido, la longitud del guante se debe acortar. En invierno, si el vestido no trae mangas, lo que suele ser más habitual, el largo más agradecido para una novia que no quiere pasar frío es el largo.
A partir de aquí, el color, tejido y diseño del guante ya dependen del gusto y estilo de la novia.
Respecto al color, con el blanco nunca se falla, pero debemos asegurarnos que combine con el blanco de nuestro vestido. Si eres una novia atrevida, no hay nada que impida usar guantes de colores. Si nuestro vestido ya lleva toques por ejemplo de azul, unos guantes azules del mismo tono, combinados con unos zapatos y un bolso, nos harían destacar aún más.
Si no queremos arriesgarnos mucho pero nos atrae la idea de dar un toque
de color, siempre podemos ponernos una pulsera o cadena de plata u oro a
juego con nuestros pendientes y collar encima de los guantes.
Se supone
que no es apropiado llevar joyas encima de este complemento, pero si
lucen bien, ¿por qué no?
Si hablamos de material, lo natural es pensar en el raso, pero podemos elegir entre una amplia variedad, como ganchillo, encaje, lana, cuero, etc. Por ejemplo, aprovechando que estamos en invierno, unos guantes de punto, o también unos de piel o cuero forrados con borreguillo, darían ese toque invernal.
Por último quiero dejar un enlace a una página de protocolo que nos habla de la historia de los guantes y habla de las normas de etiqueta relacionada con ellos:
En próximos artículos nos centraremos en cada tipo de guantes y dónde podemos encontrarlos.
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